Dos reflexiones sobre homosexualidad y Unión Civil.
A propósito de la euforia en las redes sociales por la próxima votación este 3 de marzo.
Lo que quiero decir, en pocas líneas, es que alegar que estar en contra de la Unión Civil no es homofobia es decir nada. Dime algo más interesante, dime que estás luchando por los derechos de todxs por igual. ¡Ah!, no puedes.
Las noticias han ido apareciendo poco a poco —como es común cuando se avecina un evento—, y como consecuencia de ello quiero comentar dos sucesos que han ocurrido: el primero, la noticia del libro Hey, soy gay de Patricia del Río y María Luisa del Río; el segundo, la respuesta en contra de la Unión Civil que tiene gran acogida (digo esto por la cantidad de comentarios con el mismo argumento que he podido leer).
Con respecto al primer tema, he quedado asombrado por cómo algunas personas pueden expresarse con tal ligereza sin siquiera medir sus palabras (uno puede ignorar ciertos temas y comentar, pero eso no quiere decir que el comentario tenga que ser desmedido). En una noticia que daba a conocer el libro de Patricia y María Luisa, un comentador expresó —palabras más, palabras menos— lo siguiente: «Ahora la gente saca cualquier libro sobre homosexuales porque siempre va a tener acogida de ese grupo de fanáticxs defensores, por más mamarracho que sea [el libro]». Este señor está equivocado, totalmente.
En primer lugar, a mi parecer, los libros, las notas, los artículos, los estudios, las investigaciones, los debates que tocan temas de homosexualidad no lo hacen porque piensan «¡Es un buen negocio! Con eso voy a ganar mucha plata porque tengo un grupo de fanáticos que de todas maneras lo van a comprar». No, señor, así no funciona. Lo hacen porque es un tema relevante, que debate sobre derechos fundamentales de personas iguales a cualquiera de nosotrxs, que busca concientizar a todxs sobre la tolerancia, el respeto y la no discriminación. Lo hacen porque es una manera de apoyar, de incentivar la investigación y, por ende, de dejar atrás prejuicios sociales que, lamentablemente, están muy presentes aún.
En segundo lugar, y acá es donde su «siempre va a tener acogida» se va al tacho, varixs jóvenes homosexuales se han pronunciado sobre el libro Hey, soy gay para criticarlo negativamente y para no recomendarlo. (Aclaro, por cierto, que no estoy diciendo que esté en contra de esta crítica, sino simplemente estoy relatando lo que he podido leer). Ahora, el señor seguramente querrá una razón que explique el rechazo al libro, si este pretende ayudar a la comunidad LGTBIQ. Pues la mayoría concuerda en que este libro no es representativo, ya que se toma testimonio de 20 personas —todas famosas—, que han tenido éxito y que han sido aceptadas tal y como son por quienes las rodean. Todo muy bonito y sin problemas… y, pues, si somos realistas, esto no es así (al menos no siempre, y no muchas veces). La generalización (de que si te abres a las personas ellas te van a aceptar) que podría causar este libro es el centro de críticas, y me parece que es importante ver ello. Sin embargo, el libro también representa los desafíos que han podido tener a lo largo de su vida y que han logrado superar (por ejemplo, el testimonio de Beto Ortiz) — al menos eso han manifestado las autoras—, con lo cual generalizar a partir del final de la historia sin tomar en cuenta los acontecimientos intermedios me parecería un error. Además, hay personas que dan su testimonio y, por primera vez, dicen abiertamente ser homosexuales. Entonces, señor, que quede algo: ni los escritos acerca de homosexuales se hacen exclusivamente por recursearse ni todas las personas LGTBIQ, o las que las apoyan, van a comprarlos a ojos cerrados.
Ahora bien, pasando al segundo tema, y a un nuevo comentador de noticias online, me toca reflexionar sobre un argumento bastante extendido y aceptado, como mencioné al principio. Cuando hablamos de la Unión Civil, aparecen distintas opiniones y posturas, como es usual en casi cualquier tema de conversación. Sin embargo, en este tema hay un adjetivo importante: homófobx u homofóbicx. Y es importante porque hoy en día empieza a ser mal visto (o a ser políticamente incorrecto) ser homofóbicx abiertamente; más claro: que alguien diga que odia o que le da asco los homosexuales por ninguna otra razón más que por ser homosexual. Ojo, no digo que no se acepten, por ejemplo, chistes o bromas homofóbicos en círculos cerrados (el Perú es uno de los países más homofóbicos).
Esta aclaración es importante por el siguiente argumento: «Estar en contra de la Unión Civil no es ser homofóbicx. Porque yo no odio a los homosexuales ni quiero que los eliminen; que vivan y que hagan lo que quieran, pero el matrimonio tiene que ser solo entre hombre y mujer». O por frases como estas: «Yo tengo amigxs homosexuales y todo bien, pero estoy en contra de la Unión Civil». Y es que, al parecer, lo que te va a marcar no es estar a favor de la Unión Civil o en contra de ella, sino el hecho de ser homofóbicx o no serlx. Por eso, si dices que estás en contra de la Unión Civil —pero, ojo, aclaras que eso no es homofobia—, todo bien, sigue sin que nadie te mire mal.
Bueno, no. No es tan así, pues. ¿Sabes por qué no quita que seas mal vistx el hecho de que estés en contra de la Unión Civil aunque no seas homofóbicx? (mmm, sí, porque está mal… pero aparte, pues). Haz el siguiente ejercicio: hay dos grupos de vecinxs en una manzana (todxs heterosexuales), unxs tienen visión nocturna y lxs otrxs, no (lamentablemente, pues, no podían escoger entre si querían tener visión nocturna o no). Entonces, en esta peculiar manzana, está mal visto molestar a alguien por tener visión nocturna (aunque son pocos casos, que poco se comprenden), porque consideran que todxs son iguales en tanto personas. Pero, a pesar de ser todxs iguales, como no se comprende totalmente, no tienen todos los derechos como personas. Se elabora un proyecto de ley para que los tengan, y se arma un debate. Entonces, hay una persona que dice lo siguiente (del grupo de lxs que no tienen problemas, claro): «Yo no odio ni fastidio a las personas que tienen visión nocturna, pero no pueden tener los mismos derechos que nosotrxs porque […]»…
¡¡Exacto!! Ahí se queda, y ese es el punto. ¿Porque qué? ¿Porque no lxs comprendes? ¿Porque no son iguales que tú? Está mal visto de todas formas porque no hay ninguna razón (salvo que lxs quiera excluir por puro antojo) para que no se dé, para que estés en contra. ¿No te parecería estúpido reducirle derechos a una persona por tener visión nocturna? Puedes poner cualquier diferencia entre lxs vecinxs, no solo esta, y el ejemplo sigue teniendo relevancia. Entonces… puedes no ser homofóbicx (porque, claro, estrictamente no lo eres por oponerte), pero sí estás siendo discriminador(a), sí estás yendo en contra de la igualdad… ¿eso acaso no es mal visto? ¿Eso acaso no está MAL? El matrimonio no es solo entre hombre y mujer (o bueno, las uniones… o ponle el nombre que quieras, eso no importa). Nadie está pidiendo que se puedan casar en una iglesia o con un sacerdote presente.
Estar en contra de la Unión Civil, pues, es estar en contra de la igualdad, de la tolerancia, del respeto: es estar a favor de la discriminación. Siguiendo con el ejemplo, ya que no creo que haya alguna religión que diga algo sobre la visión nocturna, ¿qué objeciones pondrías? Me avisas si es que encuentras alguna. Creo que es importante esto porque lo que se busca no es simplemente no ser homofóbicx, sino estar de acuerdo con que todas las personas tengan los mismos derechos. No es que simplemente no tengamos que odiar o repudiar a lxs homosexuales, sino que tenemos que hacer más. Tenemos que aceptarlxs, tenemos que comprenderlxs, tenemos que ver que somos iguales: que todxs somos personas. El argumento presentado es tanto tonto, que cuando alguien diga «Estar en contra de la Unión Civil no es ser homofóbico», tranquilamente podríamos decir «Ya, ¿y? Dime más».
Lo que quiero decir, en pocas líneas, es que alegar que estar en contra de la Unión Civil no es homofobia es decir nada. Dime algo más interesante, dime que estás luchando por los derechos de todxs por igual. ¡Ah!, no puedes.
A ver qué cosas nos esperan hasta el 03 de marzo (y después también… huy). Ojalá contribuya a desterrar ideas como la homosexualidad vende… o los que defienden los derechos LGTBIQ son fanáticos con ojos cerrados… o normal si estoy en contra de la Unión Civil porque no es homofóbica, así que no ofendo a nadie; es solo mi postura.